El diputado Silvano Aureoles Conejo: Muchas gracias, presidenta. Con su permiso.
Compañeras, compañeros, vengo a presentar a nombre de mi grupo parlamentario, la iniciativa de ley para crear la Ley Federal de Gobiernos de Coalición, que reglamenta los artículos 76 y 89 de la Constitución. Asimismo la reforma a la Constitución en los artículos 116 y 122 para facultar a los estados de la República y al Distrito Federal a reglamentar este mismo tema.
La transición democrática de principios de este siglo, no atinó a realizar una gran reforma del Estado mexicano, en la cual se adecuara la realidad política, social y económica de un país cada vez más complejo, más diverso y más plural, con un entramado institucional que estuviera a la altura de las circunstancias.
Por ello nuestro grupo parlamentario ha propuesto con anterioridad la necesidad de diferenciar al jefe de Estado del jefe de Gobierno. Es decir, se ha pronunciado por un Ejecutivo bicéfalo, por un presidente y un primer ministro o un jefe de gabinete, con la exigencia de que los nombramientos de quienes integren el gobierno tengan que ser ratificados por las Cámaras del Congreso y que el Congreso mismo tenga la capacidad para señalar y cesar de sus funciones a los funcionarios que tengan desempeños deficientes a través de la moción de censura.
También hemos propuesto equilibrar la representación política. Es decir, la mitad de estos cargos, de estas encomiendas debe de recaer en mujeres y la otra mitad en hombres, cuando menos debe de ser, y qué bueno que ya está para las candidaturas, para ambos principios, de mayoría y de representación proporcional.
Este añejo reclamo, por un lado, de las compañeras mujeres, y creo una demanda justa se encuentra ya incluida en la recientemente aprobada reforma constitucional. La izquierda ha puesto sobre la mesa superar la ineficacia en la que se ha convertido el ejercicio de gobierno mediante un marco de competitividad y pluralidad, a través de la construcción de gobiernos de coalición.
Nuestro grupo parlamentario insistirá, entonces, en construir un sistema parlamentario que proponga que cuando un partido que obtiene el triunfo no logra la mayoría por sí mismos ni el suficiente consenso o apoyo para formar un gobierno fuerte, se requiere de instrumentos específicos para la construcción de acuerdos políticos y la elaboración de políticas de Estado que dicten las pautas para el desarrollo a corto, mediano y largo plazo del país, que son tareas inequívocas del presidente de la república en su condición de jefe de Estado o, en su caso, de los gobiernos locales.
Por otra parte, requerimos de un eje articulador del Poder Ejecutivo con el Congreso, que sea responsable de impulsar una agenda legislativa y de gobierno de consenso y que en todo tiempo se mantenga una relación fluida y permanente.
Lo deseable es que la relación entre las fuerzas que conforman la coalición de gobierno actúe en estrecha colaboración y mantengan una relación de complementariedad y de absoluta transparencia.
Estas iniciativas que hoy presento, que hoy presentamos, más que reducir las atribuciones del Poder Ejecutivo federal o, en su caso, del Poder Ejecutivo estatal, diseñan un esquema en donde los ejecutivos participen de una gobernabilidad democrática diferente, sustentada en el respaldo de las Cámaras del Congreso federal o de la Cámara local, en su caso, y que éstas a su vez actúen como un contrapeso y un órgano de control que obligue a los Ejecutivos a observar estrictamente sus facultades, así como rendir cuentas y compartir una serie de atribuciones con el Poder Legislativo federal o local, según sea el caso, por el bien de la república y por el bien de los estados y de los municipios.
Por eso es importante destacar, que el formar un gobierno de coalición con los procedimientos legales que en estas iniciativas estamos proponiendo, le permitirá al Ejecutivo federal o, en su caso, al Ejecutivo estatal darle gobernabilidad y estabilidad política, no solamente a su gobierno, sino al país en su conjunto, generando esquemas de coordinación que posibiliten la construcción de mayorías legislativas, sustentadas en agendas y proyectos de gobiernos públicos, transparentes y de largo plazo.
Compañeras, compañeros, los tiempos actuales nos exigen estar a la altura de las circunstancias, alzar la mira y ver lo que nos demanda el pueblo de México. Es tiempo que demos el siguiente paso.
Ya reformamos la Constitución para establecer en ella el precepto de gobiernos de coalición. Ahora vamos a reglamentarlo. Ésa es la propuesta que estoy presentando. De igual manera estoy presentando, a nombre de mi grupo, la reforma a los artículos de la Constitución, 116 y 122, para que este mismo precepto quede establecido y faculte a las entidades de la República a legislar en esta materia, y de esta manera lograr que nunca más el país tenga gobiernos divididos, débiles y con severas dificultades de responder a las demandas de los ciudadanos. Es cuanto, ciudadana presidenta, y muchas gracias por su tolerancia.